Sus efectos no son sólo los síntomas que puede producir en un momento determinado una hipo o hiperglucemia, sino que además, puede ocasionarnos un montón de complicaciones en el riñón, la vista, los pies...
Aunque dependiendo del tipo y la evolución de la enfermedad, la diabetes puede requeririr un tratamiento farmacológico, la dieta, es sin duda un factor clave, en el control y la prevención de la misma.
Una alimentación sana y equilibrada, puede ayudar controlar la diabetes, y a reducir complicaciones como retinopatías, problemas podológicos…
Estos son algunos consejos básicos:
- Reparte tu dieta en 5 ó 6 comidas diarias.
- Consume alimentos ricos en fibra:
- Verduras
- Cereales integrales
- Legumbres
- Frutas (en las cantidades adecuadas a cada caso)
- Controla el consumo de Hidratos de Carbono (tanto los simples o azúcares, como los complejos).
- Modera el consumo de grasas, fundamentalmente de grasas saturadas y colesterol:
- Lácteos enteros
- Embutidos
- Carnes muy grasas
- Alimentos Industriales
- Organiza tu alimentación de la manera más adecuada en función del tratamiento farmacológico
- Practica ejercicio físico, adaptado a tus circunstancias.
La alimentación es una herramienta importantísima para mantener una buena salud.
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